El uso de orugas de goma en tractores y cosechadoras sigue en aumento, por lo que es legítimo preguntarse si no sería conveniente optar por este tipo de equipamiento, que presenta muchas ventajas si trabajas con maquinaria de gran potencia y aperos de gran tamaño.
Sin embargo, los avances tecnológicos en el sector de los neumáticos también permiten trabajar con gran potencia y sigue resultando bastante difícil identificar las ventajas y desventajas de cada una de las dos soluciones.
Hemos hecho un balance de la situación y hemos tratado de establecer en qué casos había que preferir las orugas y en qué casos unos neumáticos anchos de tecnología VF eran superiores:
1. La compactación del suelo: muchas ideas falsas
La idea que predomina a la hora de elegir un material equipado con orugas es preservar el suelo y la voluntad de evitar la compactación. Resulta que los neumáticos anchos de tecnología VF también pueden ser una buena solución para evitar la compactación del suelo. Estos neumáticos permiten trabajar con carga a presiones muy bajas, de unos 0,8 bares o incluso menos, lo que permite distribuir la carga sobre una mayor superficie del suelo. Y ahí es donde radica la diferencia, la superficie del suelo de las orugas sigue siendo mayor, pero lamentablemente la distribución del peso no es la misma en toda la banda de rodadura. Hay picos de presión a nivel de los rodillos y casi ninguna presión en el resto de la superficie. Como generalmente las orugas suelen estar montadas en máquinas más pesadas, el resultado final será un aumento de la compactación del suelo.
Esto es muy diferente en el caso de un neumático ancho VF de baja presión, ya que el aire interior del neumático está a una presión constante y, por lo tanto, toda la superficie en contacto con el suelo soporta el peso del conjunto de forma muy uniforme y homogénea.
Las zonas de compresión son más importantes a nivel de los rodillos de la oruga,
a diferencia del neumático que distribuye la presión de forma homogénea
Los equipamientos con neumáticos anchos de tecnología VF son los más eficaces para preservar el suelo de tus parcelas de la compactación, especialmente si tenemos en cuenta que suelen montarse en vehículos menos pesados. Si controlas perfectamente las presiones de tus neumáticos con un sistema de teleinflado, por ejemplo, tienes la posibilidad de trabajar con presiones muy bajas y marcar una verdadera diferencia para preservar tus cultivos y en tus rendimientos futuros.
Por el contrario, para los equipamientos con orugas, al maniobrar o en las rotaciones al final de una hilera, los tractores equipados con dos orugas son especialmente agresivos para la capa arable del suelo, ya que provocarán un importante desplazamiento de tierra debido al patinamiento de la oruga en los giros o curvas cerradas.
2. Capacidad de tracción: una evidencia
Las orugas tienen una superficie muy grande de contacto con el suelo y el número de barras, o tacos, en contacto directo con el suelo no tiene equivalente en los neumáticos, ni siquiera con los de tecnología VF. Por lo tanto, la capacidad de las orugas para apoyarse en una tierra blanda es muy superior, especialmente en las máquinas equipadas con 4 orugas. La única solución de neumáticos que podría acercarse en términos de capacidad de tracción sería un equipamiento con ruedas gemelas completo delantero y trasero, sin por ello igualarse a una configuración con orugas.
Un patinamiento muy reducido para las orugas
Cuando se utilizan en condiciones similares de suelo y de apero traccionado, las orugas tienen una tasa de deslizamiento muy baja, de alrededor del 5%, mientras que los neumáticos tienen tasas mucho más altas, de entre el 10% y el 20%, dependiendo de los niveles de humedad del suelo.
El mayor peso de los tractores de oruga influye en la tasa de deslizamiento y permite mejorar la adherencia de este tipo de tractores. Incluso con un mayor lastre y una buena distribución del lastrado en un tractor equipado con neumáticos, el patinamiento seguirá siendo superior.
La bajísima tasa de deslizamiento de las orugas es un punto fuerte para la tracción, por supuesto. Sin embargo, hay que tener en cuenta que también es un punto débil para la compactación, ya que la compresión relacionada con la masa del vehículo se aplica verticalmente sin ningún tipo de patinamiento, allí donde el neumático que trabaja con una tasa de deslizamiento más elevada minimiza el efecto de la compactación del suelo.
3. El tamaño de los aperos
Ahorrar tiempo y cubrir más superficie en menos tiempo es el reto que todos queremos resolver. Disponer de aperos cada vez más anchos es la solución que permite mejorar considerablemente la productividad por hectárea.
Como la capacidad de tracción es superior en las máquinas equipadas con orugas, se incrementa la capacidad de traccionar de los aperos muy anchos y pesados, por lo que estas máquinas se imponen a los equipamientos en neumáticos.
Pero, cuidado, las máquinas equipadas con orugas ya son mucho más pesadas (ya el equipamiento con orugas representa por sí solo un sobrepeso significativo) que los equipamientos homólogos en neumáticos y, si tenemos en cuenta la elevada transferencia de carga de un apero de gran tamaño, obtenemos una carga por eje que a menudo es demasiado elevada para la capacidad natural del suelo de soportar la carga.
Un peso total más elevado siempre genera más compactación. Por lo tanto, unos aperos pesados y un tractor de orugas pesado inevitablemente compactarán el suelo, especialmente en profundidad (60-80 cm).
La ganancia de productividad debida a la rapidez del trabajo corre el riesgo de perderse a largo plazo en la degradación del suelo debido a la compactación del conjunto vehículo-apero demasiado pesado. La degradación estructural del suelo debida a la compactación provoca pérdidas de rendimiento de entre el 5 y el 30%, sea cual sea el cultivo. Por lo tanto, es una lástima destruir todos los esfuerzos realizados antes con la descompactación, la preparación del suelo, la siembra o la pulverización con neumáticos de baja presión si realizas una cosecha con cosechadoras demasiado pesadas, aunque estén equipadas con orugas.
4. El presupuesto
Este es sin duda el punto débil de las máquinas equipadas con orugas, ya que tienen un sobrecoste directo de hasta 50.000 euros, para algunas cosechadoras trilladoras, en comparación con un modelo similar equipado con neumáticos.
En general, el consumo de combustible es mayor en carretera con orugas a una menor velocidad que con un equipamiento en neumáticos utilizados con una presión adaptada.
Esta diferencia en el consumo de combustible puede compensarse con el ahorro realizado en el campo con una tracción superior.
Por lo tanto, el presupuesto en combustible depende de la configuración de tu explotación y, si tienes mucho trayecto en carretera, la elección de las orugas no será acertada, y un juego de neumáticos te costará bastante menos para una mayor eficiencia.
Se acabaron los gastos de mantenimiento por las orugas
Con el uso, un equipamiento con orugas acarrea más gastos. La banda de rodadura está sujeta a los mismos daños que los neumáticos: agrietamiento o degradación de la banda de rodadura, desgaste excesivo de los tacos, rotura o desgarro de las barras, etc. Pero también es mucho más sensible a los rastrojos y requerirá una inspección muy regular.
El desgaste de los rodillos y de las orugas es más rápido que la de los neumáticos, sobre todo si tienes una parte muy significativa de desplazamientos por carretera. El presupuesto necesario para la sustitución de la banda de rodadura es elevado. El presupuesto aumenta con la sustitución periódica de los rodillos, el ajuste de la alineación de las orugas, indispensable para evitar un desgaste demasiado rápido, y el nivel de mano de obra es más elevado.
Un equipamiento de orugas aumentará tu coste medio de explotación de 6 a 10 por hectárea.
Conclusión:
Para los aperos más pesados y las máquinas más potentes, la configuración de 4 orugas sigue siendo globalmente la mejor a nivel de prestaciones, aunque siempre será preferible trabajar con maquinaria menos pesada para preservar el suelo. Una configuración de neumáticos anchos VF para vehículos menos pesados tendrá una mejor relación calidad/precio y, al final, seguramente más ventajas ligadas a una mayor versatilidad del material.
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