Los neumáticos de tractor pueden a veces repararse, pero no siempre es así y para determinadas averías es preciso cambiarlos. La reparación en frío es, por supuesto, la solución más económica y más rápida, sin embargo, no debe elegirse sistemáticamente esta opción con la idea de ahorrar dinero porque, en algunos casos, la reparación tendrá que hacerse con un parche y una vulcanización en caliente, lo que requiere más material y un mayor coste pero, en otros casos, la reparación simplemente no será posible, porque no aguantará o, peor aún, porque puede poner en peligro tu seguridad. Entonces será más prudente cambiar el neumático dañado.
Este tipo de reparación es, sin duda, la más sencilla de realizar, pero no se adapta a todas las zonas de un neumático agrícola, que siempre está en movimiento y tiene que soportar numerosos condicionantes:
La reparación en frío es una reparación mediante adhesión que no podrá dar el mismo resultado en las 3 grandes partes distintas del neumático:
Cada una de estas partes es el resultado de ensamblajes de materiales distintos y no reaccionará de la misma manera ante una reparación.
El papel de los flancos es garantizar la máxima flexibilidad preservando al mismo tiempo la estabilidad lateral. Absorben los impactos y están sometidos a importantes deformaciones para resistir a la carga o trabajar a baja presión; esta capacidad de deformación limita las reparaciones en frío en esta parte del neumático, ya que los movimientos repetitivos de flexión y deformación tenderán a despegar las reparaciones que no son totalmente partes integrantes del caucho original.
Sólo las reparaciones con un parche y una vulcanización en caliente pueden resistir en esta zona tan flexible.
Has notado un pinchazo, pero te has visto obligado a conducir con el neumático desinflado con un pinchazo lento o con una presión demasiado baja y ves aparecer un jaspeado en el exterior del neumático, entonces, ya no es reparable porque el conducir con un neumático desinflado ha provocado una importante fragilidad en los pliegues de la carcasa con un alto riesgo de que reviente cuando aumente la presión. La reparación del pinchazo no solucionará nada porque, al circular con el neumático desinflado, toda la carcasa se ha debilitado.
Cualquiera que sea el lugar de la rotura de la carcasa, la reparación en frío no permitirá garantizar la durabilidad del neumático.
Este tipo de reparación corre el riesgo de carecer de cohesión con la goma del neumático y de despegarse cuando el neumático se someta a fuertes tensiones: carga, trabajo a baja presión, velocidad…
Sólo una reparación con una vulcanización en caliente puede ser adecuada para este tipo de rotura y únicamente si está situada en el centro del flanco, en la parte superior del flanco o en la banda de rodadura.
Si la rotura es demasiado grande, alcanza gran parte de la estructura o está cerca del talón, es preferible cambiar el neumático.
La reparación en frío es perfecta para pequeños pinchazos, únicamente en la zona de la banda de rodadura, cuando se puede identificar fácilmente el objeto punzante (clavo, tornillo, objeto o herramienta metálica, rama, etc.).
Puedes optar por hacer una reparación en frío en caso de constatar el pinchazo durante el trabajo o si, por ejemplo, el neumático se ha desinflado por la noche.
Es absolutamente necesario intervenir sin circular con la rueda desinflada o sin dejar el neumático desinflado durante varios días, lo que alteraría la estructura interna de la carcasa y haría inútil la reparación porque la deformación ocasionaría otros problemas.
La banda de rodadura es la zona más resistente del neumático. Se trata de un ensamblaje constituido por una capa más gruesa de goma, numerosas capas estabilizadoras por encima de las capas protectoras de la carcasa.
Estas diferentes capas superpuestas de fibras y de caucho son las que proporcionarán al neumático toda su resistencia a los impactos, su estabilidad y la precisión de conducción.
La reparación en frío de una perforación en esta zona sólida, menos flexible que los flancos, en general, suele ser muy eficaz y no afecta a las cualidades del neumático ni a su vida útil.
Atención, la reparación en frío se recomienda únicamente si se trata de un pinchazo causado por una perforación, ya que la estructura interna no ha sufrido ningún daño significativo.
Sin embargo, es importante distinguir entre la perforación de un corte que haya abierto varias capas de fibras generando una debilidad estructural que tendrá que ser reparada con un parche y una vulcanización en caliente.
En el caso de un neumático con cámara de aire lo importante es la estanqueidad de la cámara de aire, por lo que la reparación pasa por desmontar el neumático para reparar directamente la cámara de aire con un parche de manera bastante convencional.
Esto no cuesta casi nada pero, si quieres hacerlo tú mismo, necesitarás unas cuantas horas para desmontar el neumático y luego volver a montarlo.
Después de haber desinflado totalmente el neumático, hay que desmontarlo, luego separar la llanta para sacar la cámara de aire, encontrar la fuga y repararla con un parche y una solución líquida vulcanizadora, para garantizar el perfecto sellado de los componentes del parche con la cámara de aire.
Para evitar sorpresas desagradables, a menudo es más fácil cambiar la cámara de aire, lo que representa un coste significativo. Siempre es mejor que tener que volver a hacer la reparación en caso de que hubiera una segunda fuga. Una cámara de aire nueva nos da la seguridad de que el problema está totalmente solucionado.
Es importante saber que las cámaras de aire se alteran con el paso del tiempo al usarlas y que el hecho de manipularlas puede provocar microfugas, lo que conllevará una pérdida de presión y, por lo tanto, un nuevo desmontaje del neumático para su posible sustitución.
Existe una solución provisional y rápida para reparar directamente in situ sin desmontar el neumático, cuando el pinchazo puede localizarse de manera segura porque vemos el objeto o el tornillo clavado en el neumático.
Esta solución está reservada a los neumáticos sin cámara de aire y no puede utilizarse para reparar un neumático con cámara de aire.
Este tipo de reparación no es duradera, pero permite finalizar el trabajo o volver a la granja tras una reparación de unos 15 a 20 minutos.
Atención, esta reparación sigue siendo provisional ya que no podemos saber si la degradación interna del neumático es mucho más importante que en la superficie exterior. Por lo tanto, será imprescindible realizar una reparación en frío desde el interior con un kit de reparación de pinchazos tipo «seta», desmontando el neumático.
Para este tipo de reparación, es necesario comprar un Kit de reparación de pinchazos tipo «seta», que está diseñado para tapar el agujero del pinchazo con un parche tipo seta de goma adaptada al tamaño del agujero.
Si no disponemos de parche tipo seta, cabe la posibilidad de utilizar también la reparación con colocación de cemento de vulcanización en frío para las perforaciones de un 1 cm de diámetro aproximadamente, un poco más importante, pero siempre únicamente en la banda de rodadura.
No obstante, este tipo de intervenciones requiere un gran rigor en el proceso: limpieza del butilo, solución vulcanizadora de buena calidad, buena orientación del cemento. De lo contrario, el cemento se despegará y habrá que volver a hacer la reparación.
La solución más profesional es desmontar el neumático pinchado, dejarlo montado sobre su llanta y llevarlo directamente al distribuidor habitual de neumáticos para que se encargue de la reparación.
Él podrá determinar si una reparación en frío es la más adecuada para tu neumático o si es necesaria una reparación en caliente, además, suele disponer de todo el material necesario para hacer este tipo de reparación en unos quince minutos, sin contar el desmontaje, montaje y transporte que tendrás que hacer tú mismo.
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