Para la sustitución de los neumáticos, pensamos sobre todo en el desgaste de la banda de rodadura o de las barras pero, muy pocas veces, en el hecho de que el neumático puede sufrir daños en otras partes que son igual de importantes. El talón del neumático forma parte de dichas partes, ya que desempeña un papel primordial, al ser el que garantiza el sellado del neumático con la llanta.
Aunque esta zona esté especialmente reforzada, al integrar aros metálicos de acero que aseguran la rigidez del talón, puede sufrir averías, en algunos casos, que pueden exigir que haya que sustituir el neumático, incluso cuando la banda de rodadura sigue estando relativamente nueva.
La zona del talón es una parte irreparable del neumático, ya que es demasiado importante en la estructura:
- Es la que hace la conexión con el asiento de la llanta. Se trata de la parte dentada de la llanta que garantizará el ajuste neumático/llanta y permitirá la transmisión de la fuerza motriz del tractor al neumático.
- El aro metálico en el interior del talón asegura la rigidez y la buena cohesión entre el neumático y la llanta al aplicar la presión.
- El talón es un ensamblaje complejo de materiales que se combinan durante el proceso de fabricación (aros de acero y capas de refuerzo de la carcasa, así como distintos compuestos de goma que proporcionarán rigidez, resistencia al calentamiento y a la abrasión). El talón aporta también la flexibilidad para el área de contacto en el asiento de la llanta.
En este artículo indicamos los casos más frecuentes de averías a nivel del talón:
1. Rotación del neumático en la llanta
En algunos casos, el neumático puede resbalar sobre la llanta durante una tracción fuerte. Esta rotación provocará un calentamiento a nivel del talón, acelerará el desgaste de la goma de protección y, en situaciones extremas, conllevará el corte de los cordones de refuerzo de la carcasa y acabará desprendiendo el aro de acero del talón.
Desprendimiento del aro de acero del neumático
Esto se produce principalmente en dos situaciones:
- Si el neumático está sobrecargado o en baja presión de manera prolongada durante su uso, el peso aplasta el neumático impidiéndole su rotación sobre el suelo, que se transmite a nivel de la llanta.
- Si el montaje de un neumático de gran tamaño se realiza sobre una llanta demasiado estrecha. En este caso, bajo el efecto de la carga y de la presión acumuladas, el neumático trabaja sobre el borde de la llanta. Este fenómeno aumenta si el neumático se utiliza a baja presión.
En cuanto el aro de acero se hace visible a nivel del talón, o si la rotura se hace justo por encima del aro de acero, los neumáticos estarán fuera de servicio y habrá que sustituirlos sistemáticamente, asegurándose de que el neumático se ajuste a la referencia de la llanta.
2. Talón dañado por una llanta en mal estado
El montaje de un juego de neumáticos nuevos en una llanta muy vieja no siempre es una buena opción. En efecto, una llanta muy oxidada que, por ejemplo, se utiliza a menudo para inflar con agua, puede provocar corrosión a nivel del talón.
Talón dañado por la llanta
Si las llantas están oxidadas o si son viejas:
- Una renovación de las llantas antes del montaje de los nuevos neumáticos puede ser una buena solución.
- Se recomienda especialmente limpiar con regularidad las llantas para evitar la presencia demasiado abundante de cuerpos extraños (tierra, piedras, ramas…) en la unión llanta/talón.
Atención, algunos modelos de talones sin protección en el reborde de la llanta, favorecen el almacenamiento de cuerpos extraños en la unión llanta/talón. De preferencia, habrá que evitar este tipo de neumático.
Si el talón está cortado, desgastado y muy dañado, hay un alto riesgo de pérdida repentina de presión, lo que generalmente provocará una avería más grave.
3. Rotura en la extremidad del refuerzo
Cuando se observa una fisura entre el talón y el flanco, incluso muy pequeña, muchas veces ya es demasiado tarde. La separación se ha producido a nivel de la vuelta de los pliegues, justo por encima del refuerzo del talón.
Rotura en la extremidad del refuerzo del talón
En general, este tipo de rotura suele producirse en los siguientes casos:
- Si se conduce muy a menudo con una presión muy insuficiente en carretera. Para poder circular con baja presión en carretera como en el campo, hay que estar obligatoriamente equipado con neumáticos de tecnología VF.
- Si se lleva frecuentemente demasiada carga y de manera prolongada. Entonces, la extremidad del flanco se comprime sobre el reborde de la llanta, provocando su rotura.
- Si la rotura se produce en la zona de retirada del talón, se debe a que esta zona ha sido sometida a un trabajo excesivo durante desmontajes repetitivos, lo que ha provocado una debilidad en la estructura.
Evidentemente, este tipo de avería es irreparable, en cambio a la hora de sustituir el neumático, será preferible elegir un neumático con mayor volumen de aire, de la serie 70 o de la serie 65 para aumentar la carga y, por supuesto, comprobar siempre las presiones.
4. Talón dañado durante el montaje
El desmontaje y el montaje son momentos delicados que requieren estar acostumbrado a hacer este tipo de operaciones y un buen dominio del material de desmontaje y de montaje, ya sea de manera manual o con una máquina.
Talón pinzado por una máquina durante el montaje
El talón puede dañarse de varias maneras durante el montaje:
- La herramienta de colocación del talón se ha desviado y ha provocado que se desgarre.
En las máquinas automáticas, un talón mal lubricado pasa con dificultad por el borde del hueco de llanta, y entonces corre el riesgo de colocarse en bies sobre el borde de la llanta, aplastando la zona de sellado del talón. - En un montaje manual, con el uso de varias palancas. La colocación incorrecta de las palancas puede provocar un desgarro o un corte del talón.
Si el talón se ha dañado, aplastado o pinzado durante el montaje manual o con una máquina, no hay que intentar circular con dicho neumático, ya que existe un riesgo real de reventón al aplicar la presión o al ponerse en circulación.
5. Rotura del aro de acero
La rotura del aro del talón se produce principalmente cuando se aplica la presión en el momento del «golpe de ariete». Se trata del momento en el que la presión es suficiente en el interior del neumático como para empujar de golpe los talones a su posición final.
Neumático con rotura de aro del talón
La rotura del aro del talón puede producirse por las siguientes razones:
- Si el neumático nuevo se ha montado sin grasa o si las caras de los talones no se han lubricado lo suficiente, con la fuerza del golpe final de la presurización uno de los aros puede romperse.
- Si la presurización es excesiva y se realiza sin supervisión, un talón que no esté colocado correctamente provocará probablemente una rotura del aro del talón.
La presurización es un momento crítico, nunca deben superarse los 2,5 bares durante la colocación de los talones.
Si se llega a este nivel de presión y los talones no encajan, será mucho mejor desinflar y buscar la anomalía, en vez de destrozar un neumático nuevo o, peor aún, provocar un accidente grave debido a un reventón.
En conclusión
El presupuesto para un juego de neumáticos es elevado y sería una lástima tener que proceder a reemplazarlos antes de haber podido utilizarlos, sólo por ahorrarse dinero en el montaje.
Acudir a un profesional, que es su oficio y que proporciona una garantía por su trabajo, puede evitar muchos problemas, como un error en el tamaño o una alteración del talón durante el montaje, lo que te expone a un cambio de neumático de manera prematura, con todas las consecuencias económicas que esto conlleva.
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